El castillo es impresionante, se puede ver desde la carretera de Žďiar nad Hronom a Zvolen. Está construido en un acantilado alto sobre el río Hron, en su ribera izquierda, en la parte norte de los pintorescos montes de Štiavnické.

El camino a éste conduce desde debajo de la roca en la que se encuentra el castillo, por un bosque, que al principio asciende un poco. La excursión es corta, dura solo 15 hasta 20 minutos. Del castillo hay maravillosas vistas al río Hron y al valle de Šášovské Podhradie.

El origen del castillo según la leyenda.



El origen del castillo según una leyenda popular: “Un día el señor del castillo decidió ir a cazar un oso. Cruzaba la montaña de un lado a otro, pero no encontró a ningún oso. Cuando regresó a casa por la noche, su bufón cortesano le dio bienvenida burlándose de él. Se enfadó el seňor y dijo al bufón que se preparara, que al día siguiente será su cazador. Pero también el día siguiente fue fracaso. Cuando ya cansados decidieron descansar debajo de una roca enorme antes de volver a casa, el bufón fue a darles de beber a los caballos al río de Hron. De repente oyó un grito terrible, entonces fue a salvarle al señor. Cuando por fin llegó, vio a un oso enorme y debajo de él a su señor ya desmayado. Cogió rápidamente una hacha que estaba cerca y le daba al oso hasta que agotado se cayó al suelo. Cuando el señor se despertó, le daba muchísimas gracias al bufón por salvarle la vida. Su gratitud demostró no sólo con sus palabras, decidió construirle un castillo en la roca, debajo de la cual le salvó la vida.” Tanto dice la leyenda sobre los principios del castillo.

¿Qué escriben las fuentes históricas?

Según las fuentes históricas, el comienzo de la construcción no se conoce. Algunos historiadores lo identifican con el castillo “castrum de Susol”, que en el año 1253 construyeron los hermanos del arzobispo de Esztergom, Pedro y Vicente Vanjach. Según los hallazgos arqueológicos, la roca estuvo poblada ya en la época neolítica. Conocido es el hallazgo de la Madonna de terracota, pero también los dientes del tiburón prehistórico.




La primera mención del castillo viene del año 1336. Se habla de Veszos, el hijo del castellano de Levice, quien se apropió por fuerza seis pueblos pertenecientes a la cuidad de Štiavnica. Los castellanos del castillo de Šášovský a menudo saqueaban también el abadía benedictina cercana en Hronský Beňadik. Desde el año 1390 el rey húngaro, Segismundo de Luxemburgo, depositaba el castillo a varias familias nobles hasta el año 1424, cuando lo regaló a su esposa Barbara. Durante el reinado de Matej Korvín, el castillo pasó a manos de Juan Jiskra de Brandýs, quien poseía el castillo hasta cuando se firmó el tratado de paz con el rey.



En el año 1490, la reina Beatrice, la viuda de Matej Korvín, vendió el castillo al arzobispo de Jáger, a Urban Dóczy. Su familia poseía el castillo hasta el año 1647, cuando en la cuidad cercana de Žarnovica los Turcos ejecutaron al último propietario, al Segismundo Dóczy. El recuerdo a este evento se encuentra en la iglesia en la cercana Vieska, que también presentaba una parte del castillo (junto con Šášovské Podhradie). En la iglesia está colocado el epitafio de Segismundo. En el año 1648 la familia de Lippayovci compró el castillo. En 1676 se lo apoderó el ejército de Thököly y dos años más tarde lo ganó el ejército imperial. El castillo presentaba constantemente un lugar de luchas. En 1703 durante otro levantamiento ocuparon el castillo los ejércitos de František Rákocyi II y en el año 1708 lo volvió a reconquistar el ejército imperial. El castillo fue destruido por completo y quedaron solo ruinas. Todavía en el tiempo de la Segunda Guerra Mundial estaba bajo el fuego, cuando se estableció en él el ejército alemán rendido. La asociación para la salvación del castillo de Šášov en la actualidad intenta salvar las ruinas del castillo.